domingo, 26 de enero de 2014

Los niños que mendigan y venden en las calles


En la provincia dónde nací y crecí, era muy raro ver a un niño en la calle o en el bus intentando vender a los transeúntes o pasajeros cualquier cosa, golosinas, algún insumo o cualquier otra cosa; cuando eso ocurría la gente reaccionaba con comentarios, gestos de desacuerdo, y uno que otro se horrorizada por el hecho, pero tampoco faltaban aquellos que con unos centavos trataban de comprar su tranquilidad emocional, si, de esos que piensan que con darle una insignificante moneda a un niño que vende en la calle lo salvarán de la pobreza, o que por desprenderse de esa moneda su Dios le perdonará sus pecados e irán a su casa con su conciencia tranquila

Cuando me mudé a la capital, ahí la cosa era peor; en cierta ocasión, en el trayecto del Rimac a Chorrillos subieron 6 niños en diferentes paraderos, unos con el fin de vender golosinas, (eran la mayoría), otros entonaban desafinadas canciones de moda en las radios para luego pedirte un apoyo monetario por el show brindado, esto último ha ido decayendo ya que ahora todo el mundo usa audífonos y como que no es rentable cantarle a una audiencia que no te escucha. Era inevitable no colaborar con ellos, habría que estar loco para no hacerlo, la compasión y la pena te vencían al ver tan tristes escenas, al punto que cuando no había esa moneda libre para ellos, sentía cierta culpa agobiarme y la tristeza solía acompañarme hasta que mis obligaciones me alejaban de ello.



Empecé a leer sobre el tema y comprobé que habían casos extremos como en la India, donde los niños mendigos y vendedores son parte del paisaje, son vendidos como esclavos para ser forzados a mendigar o simplemente deambulan por las calles luego de haber escapado de sus captores

En Lima, la forma más común y visible de explotar a los niños es mediante la "venta de golosinas en las calles" o "pedir limosna", (notar que no son las únicas formas de explotación infantil, las hay muchas y peores). 

El Instituto Nacional de Estadística e Informática, (INEI), consideraba a mediados del 2012 que alrededor de dos millones de niños y adolescentes eran explotados laboralmente, y en la mayoría de los casos por sus propios padres, en actividades como las ya mencionadas "pedir limosna" y "venta de golosinas" No se puede dejar de mencionar una noticia publicada en La República, (versión on line), el 16 de octubre del 2011, en la que 20 niños son rescatados de la explotación laboral, y se hace mención especial a la niña Yanina de tan sólo 5 años de edad, que vendía golosinas en la conocida Calle de las Pizzas, del distrito de Miraflores, la "jornada laboral" de la niña se extendía desde las 11 de la noche hasta altas horas de la madrugada y era fomentada y supervisada por sus propios padres. Aquella noche la policía detuvo a 5 adultos, que incluso traían niños del interior del país para ser explotados de similar manera, lamentablemente, este tema ya nos es noticia que vende para nuestros tan comerciales diarios y periodistas, tampoco hay información actualizada en la pagina web del INEI, y en la respectiva web del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, sólo se lee un artículo del 12 de junio del 2013, en el que se hacen mención al convenio con Telefónica para una campaña al respecto y a cifras muy alejadas de la realidad y muy desactualizadas como: 

    *Al 2008, en 16 ciudades, 958 niños, niñas y adolescentes viven de le mendicidad
  *En el 2007,cifra exacta según censo, 328 niños, niñas y adolescentes viven en la calle en Lima Metropolitana

Desde luego en dicha página web no se mencionan cifras actuales, ni lo que se viene haciendo para reducir las cifras viejas, y mucho menos algún plan estructurado y sostenible para que a largo plazo dejemos de ser junto con Brasil, los países con los peores indices en explotación infantil de Sudamérica

¿Podemos hacer algo? 

La respuesta es un rotundo SI...  Los explotadores ven la explotación infantil como un negocio, por eso existe, y por lógica, el negocio desaparecerá cuando deje de ser lucrativo. Los clientes de tan detestable negocio somos  todos y cada uno de los transeúntes y pasajeros de los microbuses que facilitamos monedas a esos niños, que compramos golosinas a esas caritas tristes y nos dejamos llevar por la tristeza, sin saber que al dar una moneda estamos siendo partícipes de la explotación infantil

Cuando compras algo de esos niños estás contribuyendo con la explotación infantil, cada moneda que les das va a parar a los bolsillos de sus padres o del adulto que los explota

No ayudes a estos adultos explotadores de niños con su lucrativo negocio, por el contrario, si sabes de algún adulto que se dedica a explotar niños, denúncialo, no te conviertas con una moneda en un contribuyente más de una red de explotación infantil.

NO DES DINERO A LOS NIÑOS DE LA CALLE, POR QUE CONTRIBUYES CON SU EXPLOTACIÓN


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